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Por Ferran Martínez-Aira con fotos de Lola Rojas

¡¡Mama mía!! qué placer gastronómico cuando descubres un restaurante como CROSMAS  en la calle Casanova 158 enfrente del Hospital Clínico.

Puedes ir a comer o cenar las veces que quieras y siempre te sorprenderán con platos diferentes a cual más apetitoso. A su encargado Jordi Molinero, como al resto del equipo restaurador no se les escapa detalle, cuando los comensales se sientan en las mesas de la terraza o prefieren la tranquilidad del acogedor comedor interior.

¿Carta o menú?. Si optas por el menú de mediodía de 13 a 16 horas puedes elegir entre siete primeros (como un revoltillo de alcachofas, setas y bacon crujientes y espárragos triguero o un ceviche estilo peruano porque no en vano el maestro de los fogones Rosmel nació en el país andino. Entre los ocho segundos, acertarás con una colita de rape marinera con almejas y mejillones o un carpaccio de ternera con bouquet de ruccula y escama de foie y vinagreta de tostadas a las finas hierbas. Para rematar con uno de los cuatro postres, incluido un pudding con almendras casero. Todo por 13,95 euros con bebida y pan incluidos. El menú exprés de un plato sale por 10 euros. Hay dos menús para grupos entre 24 y 28 euros, un menú Casanovas por 36 euros y un menú anglés por 44 euros Para los peques ofrecen otros dos menús a 11 y 17 euros respectivamente.

La carta en CROSMAS contenta los paladares más exigentes. Los entrantes, a base de jamón D.O. anchoas del Cantábrico, boquerones en vinagre, el surtido extremeño de ibéricos, las anillas de calamar, los buñuelos de bacalao, las bravas Crosmas, los mejillones al vapor, las gambas al ajillo, las excelentes croquetas de jamón, setas o carrillera o los huevos rotos componen la primera oferta antes de decidirse por el plato principal.

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Sin embargo, si pides el raviolo de Barcelona relleno de gambas al ajillo, habrás dado en la diana porque es uno de los entrantes más deliciosos que han creado en CROSMAS con un puntito picante que invita a pedir uno de los vinos de la casa.

La oferta de ensaladas también goza de muchos votos como la rusa CROSMAS, la escalivada gratinada con parmesano, la de tomate con “bou” y vestresca o la de quinoa con crudités de verduras.

Pocas veces habíamos disfrutado con Lola de una paella como la de cebolla caramelizada y tomillo que cocinan en CROSMAS.

Sencilla y llanamente: Para relamerse los dedos. Le preguntamos a Rosmel cúal era el secreto de esta joya culinaria. El sabor radica en las horas que el tubérculo permanece en cocción. Con el mismo éxito que la paella de cebolla caramelizada con tomillo, sirven la de marisco, la de arroz negro con almejas, la del Señor Parellada, la de arroz caldoso del señorito o la de caldereta de bogavante. Al igual que las fideuás de marisco, la negra con almejas o la típica valenciana con pollo, conejo y verduras.

Presentación, constancia, calidad, profesionalidad son cuatro premisas que se reflejan en cada uno de los platos que llegan a la mesa. En la carta reza que no te puedes perder: los flamenquines, el bacalao, el bistec tartar, el salmonete de roca con puré de berenjenas o la hamburguesa CROSMAS pero al igual que Roma no se construyó en un día habrá que degustar otras excelencias culinarias más adelante.

Sin embargo, en nuestra primera visita no perdonamos el postre de autor: un delicioso mouse de cítricos.

¡¡Mama mía!! a cuántos amigos vamos a recomendar este templo del buen comer que abrió sus puertas hace un par de años (2018) nueve después del nacimiento de su hermano mayor (2009) enclavado en la calle Còrsega.

La fiesta aún será más completa la noche del los jueves en CROSMAS de la calle Casanova cuando vuelva a sonar la música del saxo en vivo entre las 21 y 23 horas.